sábado, 25 de abril de 2009

Los peces tienen ese no se que, que, que se yo…

Los peces tienen ese no se que, que, que se yo…

Una corazonada, un pequeño atisbo de fe en su k3o,

Ese rey que solo y sin yunta, le guiña un ojo, y le dice dale macho, vamos

Que esta es nuestra… y el pez como obnubilado, ya medio mamerto, abstracto de que un rey de cartón, solo él le haya guiñado un ojo… con fiaca de pensar como jugar este juego que en la televisión parece tan fácil…

¿Será que las cartas en realidad le hablan a los que saben, y esta es una señal del destino y yo la voy a dejar escapar?- se pregunta el pez.

Y sin dejar, que una pizca de cordura, un cachito de cálculo lo frene, mete todas las fichas al centro, y con ese quijote sin un Sancho Panza y seguramente sin dulcinea alguna, por que sino el pez que hace acá, si tuviera un mina que lo espere, no estaría tirando guita en la timba.

A mi, que había metido todas mis fichas con dos aces, para poder llevarme la plata del pez que hacia cinco minutos miraba de forma rara sus cartas y hasta parecía guiñarle el ojo a esos rectangulos de cartón plastificado, ya con pinta de haberse pasado de absenta, se me pianta una sonrisa al ver ese escuálido rey con un 3 de otro palo como muleta.

El pez parecía estar necesitando agua de mar, o de río, ya que no se de donde salen estos bichos, pero que se ahogaba en aire, se ahogaba. Y el muchacho, el crupier, también con una sonrisa que solo se dejaba ver a través de sus párpados que contenían a los lagrimales de no deschabarlo, ya que el es imparcial.

Al dar las primeras tres cartas, el que empezó a ahogarse fui yo, y los parpados del crupier quedaron mudos, dos muletas para el rey había aparecido, dos tres en el flop, hacían que el pez de un golpe recobrara el aliento esgrima una sonrisa, y me mire casi con tono burlón. La tercera carta no importaba la tercera carta era blanca para mí. Y yo que no sabia si me hacia falta agua de mar o de río, tampoco se de donde Salí yo.

Con el ultimo aliento antes de pegar mi ultima boqueada le pido al flaco, al crupier me refiero, si era al ultimo que podía recurrir, aunque sabia el tampoco tenia mucho por hacer, o ya empezaría a desconfiar también del la claridad del juego y no solo de mi suerte trunca.

Al mismo tiempo el pez me dice: !Y... es poker!

Pasaron varios años de malos recuerdos y sueños rotos mientras el pibe quemaba la carta antes de sacar la del Turn.

El pez que en el segundo que pasó del flop a la previa del Turn había entablado tantas sonrisas con el resto de la mesa como yo recibido miradas compasivas.

Cuando el pibe, aclaro que jamás pase tan del amor al odio con alguien (en realidad esta vez fue viceversa), da vuelta un A, y de repente imagine al pez, yo llevándolo en una bolsita de agua de canilla, para que no se ahogue, hasta dejarlo en la orilla del río de la plata, me había despertado tanta lastima ese pez que por sus alucinaciones se iba a quedar boqueando debajo de la mesa, que yo me iba a hacer cargo de embolsarlo, cuidarlo y darle un regreso a su hábitat.

El pibe de las cartas desbloqueo sus parpados y me miró, con un atisbo de sonrisa, claro solo a través de sus parpados, el es imparcial.

Ya no me importaba prácticamente lo que pasaba en la mesa, quería me dejaran agarrar mis fichas y a otra cosa.

Mis sueños habían vuelto a tomar forma y mi suerte seguía, aunque jugando me una que otra broma conmigo.

En cierto momento un escalofrío me recorrió el cuello, y subió a mi cabeza en forma de pensamiento negativo !NO, QUE PROBABILIDAD HAY QUE SALGA EL ULTIMO TRES!? Y me deje reír.

Secuencia por frames fue entonces la quema de la última carta previa al desenlace, esa cámara lenta cuadro por cuadro, hacia que el escalofrío y el temor me dejaran sin sentidos, de repente ya no veía, no escuchaba. Y mi cabeza en medio de la oscuridad repetía el tres no el tres no.

Mis sentidos volvieron poco a poco, el del oído primero, y un grito me hizo recobrar la vista que ya estaba dirigida al pez que boqueaba sin parar, pero también los gritos de alegría parecían venir de esa boca.

Con la poca fuerza que me quedaba mire al crupier, mire la mesa y vi el 3 del river. Automáticamente volví a perder todos los sentidos.

En esa oscuridad tuve la fantasía de estar saltando por encima de la mesa con los brazos estirados hasta el cuello del pez. Y el dolor supo desaparecer.

No paso mucho de oscuridad y desahogo. Que los sentidos poco a poco volvían mí.

La humedad me resultaba familiar, ¿otra vez había tenido una pesadilla y estaría empapado de sudor? A lo mejor… pero comencé a sentir el agua recorriendo mis pulmones, como entraba por mi boca por mi cuello, eso me hizo levantarme del susto, ¡me estaba ahogando! Comencé a moverme hasta que toco una pared frágil pero irrompible para mí. Abro los ojos y el sacudón no me dejaba ver bien todo se dibujaba, deformado pero transparente.

Cuando de pronto toda el agua que me rodea comienza a tomar mas volumen y el cielo se abre… era la cara del pez enorme que me miraba desde arriba.

¡Quédate tranquilo nene, ahora vas a estar bien!- me dice mientras comienza a vaciar el agua de la bolsa plástica.

Instante después me siento arrastrado por el agua a la orilla del río de la plata.

!Y pienso, "joya! soy un Fish"!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Joya soy un fish.... es una frase registrada por nuestra empresa


usted debera revisar sus frases y titulos.


Jl enterprises ltd.

bnielzen on 26 de abril de 2009, 14:38 dijo...

Muy buena entrada Julyan, despertar sabiendo que se es un fish, es la peor pesadilla de todos.